Señalar estrellas y reconocer constelaciones es un acto de comunión. Volvemos a dibujar una figura en el cielo como muchos otros lo hicieron antes que nosotros. Con ese gesto incorporamos la historia y nos incorporamos a la historia; de ahí proviene la satisfacción y el encanto. Algo similar ocurre en el ajedrez con sus piezas, movimientos y aperturas.

1. En el rock la novedad es un valor privilegiado. Los covers no son más que ejercicios de filiación donde se espera un componente parricida. La recuperación de elementos del pasado es una puesta en escena à la Pierre Menard: ser punk ahora no es lo mismo que serlo en 1977.
2. En el rock la autenticidad es un valor privilegiado. El músico de rock no representa sino que se expone. Lo que hace sobre el escenario debe respetar una correspondencia punto a punto con lo que hace en su sofá o en las entrevistas.
3. Independientemente de que lo sea en efecto, el rock es entendido como formador de la subjetividad. En cierto momento la pregunta «¿Qué música escuchás?» es interiormente traducida como «¿Qué clase de persona sos?». Con los años se adquieren gestos más sutiles como examinar la colección de discos de un recién conocido o husmear en los mp3 ofrecidos en el Soulseek.
4. En el rock la música es lo menos importante.

Leemos un libro sobre temas graves, que exigió esfuerzo y talentos al autor, que intenta desesperadamente revelar verdades, inspirar hazañas o producir belleza, y lo que nos llama la atención es un adjetivo nunca visto, una frase ocurrente o cierta rareza para numerar los capítulos. Nietzsche será recordado por dos o tres aforismos que no dicen nada. Y por sus bigotes.

Con las cámaras digitales, las imágenes que definen al sujeto ya no dan testimonio de los eventos sociales en los que participa (las fiestas de cumpleaños, las vacaciones en el mar o la visita de la tía Gladys) sino más bien de aquello que lo rodea habitualmente. Las colecciones de fotos tomadas digitalmente suelen mostrar la mesa del desayuno, las caras vistas en el tren y el paisaje urbano desde la ventana del dormitorio.

Decir que A está relacionado con B es no decir nada, a menos que se aclare cuál es la relación. Tiene contenido tan nulo como «cosa», aunque lo disimule mejor.